Colorín colorado...

Se cierra el telón de este blog, con dos años ya cumplidos dando historias me decido a echar el cierre, no voy a dejar de escribir, eso lo tengo claro, así que nos veremos por otra esquina en algún otro momento. :)

Daniel

Llueve mansamente y sin parar, llueve sin ganas pero con una infinita paciencia, como toda la vida y aunque la esperanza ya muera poco a poco la vida seguirá su rumbo.

Esto fue la vida de Daniel, un chico que a los quince años vio a su madre escapar de este mundo en un día lluvioso y que prometió que a partir de aquel jamás lloraría.
Él vivió y vivió, y  jamás lloró, por que ver la vida detrás de una lagrima no es vivir, es estar enjaulado.

Hasta que le llegó su hora, un triste 4 de marzo lluvioso que tras una mala disputa mañanera con su esposa, cogió el coche y llegó al trabajo, él no era consciente del acontecimiento que iba a vivir en los próximos 30 segundos pero algo en su mente se lo decía.


Al salir del coche y por una mala puñalada del destino el cayó al suelo, en mitad del asfalto, Daniel se aferró a su vida, luchó por ella pero perdió. Fue atropellado.

Frank quiso aprender a volar volar.

No contento con su vida, Frank quiso aprender a volar,
Quiso aprender a volar por que ya no aguantaba más sus peleas familiares.
Quiso aprender a volar por que cuando se miraba al espejo el ya no se veía.
Quiso aprender a volar por que no estaba contento consigo mismo. 
Quiso aprender a volar por que el mundo no era lo que el esperaba. 
Quiso aprender a volar por que no encontraba más oportunidades.
Quiso aprender a volar por que nada ni nadie ya tenía sentido.
Quiso aprender a volar por que el mundo había cambiado.
Quiso aprender a volar, y saltó desde el balcón de su habitación, en un octavo piso.